“Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no escucha”. Esta reflexión de Víctor Hugo resume muy bien la principal filosofía de Samu-Do.

Hace poco que cayó en mis manos información sobre la teoría de las signaturas. Y aunque desconocía de su existencia, al profundizar en esta teoría descubrí que tampoco era algo nuevo para mí. De hecho, mi experiencia con los árboles tiene mucho en común con ella.

 

La observación de la naturaleza

Siempre me he sentido bien paseando por montes y bosques. Creo que eso ha hecho que fuera estrechando lazos cada vez más fuertes con la naturaleza. Al principio sentía que mi percepción se quedaba corta, que me estaba perdiendo algo mucho más grande que lo que estaba viendo. Así que durante mucho tiempo cultivé la observación de la naturaleza junto con la inquietud por el autoconocimiento.

Y desde la perspectiva que me da el paso del tiempo las piezas del puzle parece que (ahora) van encajando.

 

Paisaje con árboles y pantas de distinta tonalidad de verde y flores rosas.

 

Las maderas: la voz del árbol

Sin planearlo me vi inmersa en el mundo de la madera y me quedé literalmente atrapada en él. Comencé a trabajar con distintas maderas y todas ellas me contaban algo distinto. Así que ellas me llevaron hacia los árboles. Y aunque estos siempre me habían fascinado, ahora comenzaba a verlos con otros ojos.

Los árboles son seres vivos que reaccionan ante agentes externos: las acacias avisan a los suyos del peligro y los nogales utilizan mecanismos de defensa para que ningún otro árbol arraigue en su espacio. En cambio, las hayas son ejemplo de comunidad con los de su especie. Todo en ellos es observable para beneficio del observador.

Con el tiempo comencé a vislumbrar el patrón energético del árbol dependiendo de la forma y el terreno en el que crece, del modo en el que se relaciona con el entorno, del desarrollo de sus raíces o de la forma de sus ramas, hojas, copa y frutos.

Probablemente lo que te estoy contando te suene a chino. Es más, te sugiero que no te lo creas, sino que lo pongas en práctica: desarrolla tu conexión con la naturaleza y enriquécete de la experiencia.

 

Colgante de madera expuesto en una paisaje natural. Se trata de una pieza plana y ancha de madera horizontal de color claro que sirve de soporte de tres piezas de madera más oscura, alargadas y estrechas.

 

Las piezas Samu-do te acercan a esos árboles con los que tantos paralelismos tenemos

Las piezas artesanales de Samu-Do están hechas a mano -una a una- con madera procedente de los restos de la construcción de claves.

La variedad de colgantes y pendientes que te ofrece Samu-do es fruto de una cuidada creación, tanto en la delicadeza con la que se trata la materia prima como en el diseño de los distintos modelos. Para cada uno de los modelos se ha elegido un nombre del que, en el momento de la entrega, te explico su significado y su nexo con el diseño. Todas las piezas van acompañadas del patrón energético del árbol.

Las composiciones se completan con fornituras de vidrio reciclado, plata de ley y gemas naturales, entre otras, para mantener el espíritu sostenible con el que nació Samu-Do.