Cada proyecto que realizamos en nuestra vida siempre tiene un origen. Buscado (o no), el punto de partida puede surgir de una conversación improvisada, de la lectura de un libro inspirador o de la contemplación de un paisaje. Cualquier situación cotidiana puede ser la semilla que se va regando hasta que germina para convertirse en “algo real”.

Precisamente una situación inesperada fue el origen de la que será la nueva colección de colgantes Henka. ¡Y me apetece compartirla contigo!

Recibí la llamada de una persona muy allegada. Resulta que ese mismo día se le reveló quién iba a ser su amiga invisible de las navidades. Me comentó que desde el principio quería encontrar “un regalo poco habitual y que simbolizase la esencia de esa persona”. Y con esta idea, me aseguró que inmediatamente le vino a la cabeza “un colgante Samu-Do”. ¡Y yo contentísima de que así fuera! 😊

Quedaban aún tres semanas para la entrega del regalo, por lo que había tiempo suficiente. Así que le pedí que me hablase de su amiga invisible. Me dijo: “ella es emprendedora, activa, enérgica a la vez que cariñosa, amable y protectora”. Estos fueron los primeros elementos inspiradores para crear la pieza.

Primera decisión: la madera sería ébano porque es dura mientras la tallas pero el resultado final es de una belleza muy cuidada. El consejo que nos ofrece la madera de ébano es “sé consciente de lo mejorable, observa y prepárate para el cambio”. Además, como la persona que recibiría el colgante es alguien que “une y armoniza con maestría todo tipo de situaciones y personas”, me surgió el nombre Henka. Esta palabra japonesa podría traducirse como cambio y adaptación con el resultado de una transformación continua.

Hasta aquí bien, pero ¿qué fragmento de ébano de entre los que tenía en el taller elegía para ella? Una cosa tenía clara: el hilo conductor que transmitía este ser era cambio-adaptación-transformación. Esto me llevó a una pequeña pieza sobrante del recorte de una tecla para clave que ves a continuación.

Una tecla de clave sobre una superficie plana de madera. Muy cerca de la tecla se observan tres pequeños fragmentos que se le han cortado. Tienen forma rectangular y sirven de base para la colección de colgantes Henka.

La pieza era pequeña en sus dimensiones (14 mm x 11 mm) pero reflejo de la dureza, el porte y la delicadeza. Trabajé en el tallado de la madera y aquí te dejo el resultado.

Reverso del colgante Henka. El fragmento de madera tallado es de ébano y tiene forma rectangular. Sujeto a una cadena de plata de ley, toda la pieza se extiende sobre una superficie plana con decoración relacionada con la musicales (pentagramas y las palabras soprano, mezzo soprano, baritono o violino).

Días más tarde me llegó una foto de ella luciendo el colgante Henka.